Literatura Española en la edad Media

Introducción

La literatura española en la edad media comprende un período desde los comienzos de siglo VIII hasta finales del siglo XV, durante el transcurso de su ejecución se fue dando debido a la época en la cual se encontraban, como verbi gratia en el período del renacimiento, este dio su aporte en sus escritos, entre cada una se dieron una variación e enriquecimiento en sus escritos. Entre ellos podemos encontrar dos tipos de géneros, los cuales eran de ficción y no ficción, y claro también tenían a la afamada poesía, que es uno de los tipos de escritura más hermosos que existen, entre los cuales podemos nombrar a los cantares de gesta, de los cuales entre los más representativos está El Mío Cid. La Literatura española durante la edad media, es una  de la más hermosas ya que como podemos apreciar, es variada, no se limita a una sola forma de escritura, y como dicen algunos de los relatos "Ars longa, vita brevis" El Aprendizaje es lago, la vida breve.



Historia de la Edad Media Literaria

Siglo XII

En la Edad Media comienza la Literatura Española con obras de carácter lírico: las jarchas, procedentes de la cultura árabe y de su Literatura. Esto ocurría hasta el siglo XI. Después comienza, con influencias germánicas y francesas, la Literatura Épica: los Cantares de Gesta y los Romances. 

La oralidad era un rasgo distintivo de la sociedad medieval. Este rasgo dominaba la literatura y las relaciones sociales. Recién a mediados del siglo XII comienza a generalizarse la escritura en la administración pública. La transmisión oral supone la atribución de un poder vívido a la palabra de un individuo que actúa, canta, recita o lee ante un auditorio. Los textos se construían para ser transmitidos en una situación cara a cara y esto les otorgaba ciertas particularidades en sus procedimientos, que se manifiestan como los inicios de la oralidad.

Entre finales del siglo XI y principios del XIV, la literatura se practica apoyada en el antiguo concepto griego de composición vocal. Los trovadores, pertenecientes a la región de Provenza, son los primeros que hacen una literatura en lengua no latina. Emplean nuevas formas, melodías y ritmos de la música popular. La tradición trovadoresca entronca la caballeresca: nobles y reyes concebían el canto como una manifestación más de ese ideal. Desarrollaban su arte en la corte y celebraban torneos o competiciones musicales, con temas referidos al amor, la caballería, la religión, la guerra y la política. Contrataban músico itinerantes, los juglares, para que interpretaran sus obras. Hacia el siglo XIII, los clérigos recluidos en los monasterios comenzaron a producir poesía de tema religioso, amoroso o legendario con propósitos moralizantes.


Los Cantares de Gesta son obras narrativas en verso en que se cantan las hazañas de una persona o de un grupo colectivo de personas (un pueblo, una raza). Son obras que se basan en hechos históricos y tienen intención didáctica (enseñan unos hechos, los llevan al conocimiento del pueblo) y se transmitían oralmente. Estos Cantares eran recitados o cantados por juglares, y por esto el conjunto de autores dedicados a transmitir estas formas literarias se denominaba oficio o Mester de Juglaría. En el siglo XII Cantar de Gesta más conocido es el Poema de Mío Cid.

El Poema de Mío Cid es el más antiguo de los Cantares de Gesta, conservado hoy casi íntegramente. Menéndez Pidal aporta un conjunto de datos y argumentos para la localización e identificación del autor: Fue escrito hacia 1140, cuarenta años después de la muerte del Cid. El texto que hoy se conserva es una copia firmada por Per Abat en 1304. Los autores originarios debieron de ser dos, cuyos nombres se desconocen (una gran cantidad de obras pertenecientes a la literatura medieval son anónimas). El primero debió ser un juglar de San Esteban de Gormaz, que establecería el plan general de la obra. El segundo, de Medinaceli, reformó la obra del primero en algunos pasajes e introdujo elementos novelescos de los que carecía la primera versión.



La Alta Edad Media



    La caída de Roma supuso la desaparición del centro político del Imperio.

    Quedaron efectivamente algunos elementos importantes del antiguo orden: una lengua común -el latín vulgar-, el Derecho romano y, sobre todo, una organización de orden espiritual -la Iglesia cristiana-.

   En el siglo V aún había una minoría culta y aristocrática capaz de valorar la literatura y las manifestaciones culturales. Un siglo más tarde la aristocracia apenas sabía leer.

   Sólo la religión cristiana hace progresos entre los distintos pueblos y trata de conservar y recuperar los restos de la antigua cultura.

   La postración cultural de los reinos romano-germánicos recibirá un fuerte impulso durante el reinado de Carlomagno. Este rey franco reunirá en su corte a una serie de poetas y sabios que se proponen una renovación cultural.
  Carlomagno buscó dar una organización cultural al imperio que había conquistado por las armas.      
   Hombres cultos de diferentes países se reunieron en la corte de Carlomagno.
  Se iniciaba así un culto a la Antigüedad clásica que se siente como algo perdido que es preciso recuperar y traspasar a la posteridad.
   El tiempo sustituyó el antagonismo por la añoranza; las formas paganas, la vanidad y los honores romanos quedaban borrados con el recuerdo de los aspectos positivos del Imperio.

  Poco a poco la Iglesia empezó a concebir la idea de que los primitivos bárbaros, tan ajenos a los lujos y costumbres decadentes de la última etapa romana, podrían renovar y revitalizar las virtudes y excelencias del Imperio desaparecido.

  Desde la época de las invasiones, las hazañas de la aristocracia germana eran celebradas con cantos que exaltaban las virtudes guerreras de los héroes.

  La figura del guerrero fue sustituida por la del caballero cristiano, que es no sólo un esforzado guerrero en la batalla, sino además un piadoso cristiano, defensor de la fe.

  La guerra santa predicada por Mahoma proporcionó a la religión musulmana una capacidad combativa y conquistadora asombrosa.
  Los árabes se mostraron muy receptivos al saber acumulado por otros pueblos; supieron asimilar y recrear las adquisiciones culturales griegas y hebraicas que Bizancio - la parte oriental del Imperio que no sufrió las invasiones bárbaras- había conservado.

  Europa occidental apenas tenía noticias de la literatura, la filosofía y la ciencia antiguas. Sólo quedaban restos de textos y documentos que habían sobrevivido a las invasiones y se habían conservado en los monasterios.
  A través del vasto territorio que abarcaba el mundo árabe empezó a circular todo el saber acumulado por las grandes culturas de la Antigüedad.
  El califato de Córdoba se convirtió en el mayor foco cultural europeo de la época. A través de Averroes se difundirá por Europa el conocimiento de Aristóteles y la literatura en lengua árabe vivirá en España uno de sus mejores momentos.



La Baja Edad Media


Si en la Alta Edad Media la vida se desarrollaba en los campos y con una organización de tipo feudal, en la Baja la importancia de las ciudades irá creciendo y dando lugar a un régimen de vida urbano basado en el comercio y la artesanía.

Las Cruzadas permitieron a la Europa cristiana reanudar las comunicaciones y el tráfico por el Mediterráneo.
La educación deja de ser exclusivamente eclesiástica, el latín es una lengua definitivamente olvidada por las gentes.
Las lenguas romances adquieren al fin categoría literaria y la literatura ya no será sólo una actividad de clérigos; la nobleza se refina y se reúne en cortes de intensa actividad literaria.

Apareció un nuevo personaje, el juglar medieval, que era mezcla de cantor de hazañas, músico, malabarista, payaso, domador, aunque por lo general, solía especializarse en alguna de esas cosas.
El juglar canta además cancioncillas líricas o religiosas; cuenta historias o leyendas que oye en su continuo deambular por los caminos; y relata los hechos importantes ocurridos desde su última visita o los de otro juglar.

El caballero cristiano tenía una dignidad casi religiosa dentro del mundo medieval. Las primeras Cruzadas dieron al esfuerzo guerrero unos fines cristianos y trascendentes.

Como una imitación a los juglares surgen los trovadores. La diferencia  entre uno y otro vienen dados por el público a quien se dirigen. El trovador es un poeta más culto. Muchos trovadores se desplazaban de corte en corte llevando uno o dos juglares a su servicio para que interpretaran sus composiciones poéticas.

La presencia árabe tuvo muchas repercusiones en la España medieval.

A partir del siglo XIII, la amenaza árabe fue desapareciendo y en las nuevas tierras ocupadas por Castilla convivirán musulmanes, judíos y cristianos.

 En Toledo, y bajo la dirección de Alfonso X, se creó una Escuela de Traductores que transmitirá en lengua castellana la cultura hebrea y árabe; y,  a través de éstas, gran parte de la cultura grecolatina desconocida en la Europa medieval. Toledo pasa a ser, de este modo, un centro emisor de  cultura para el Occidente cristiano.

En el siglo XIV este cruce de culturas favorece la aparición de obras literarias de gran originalidad en la historia de la literatura europea.
"El libro del buen amor" del Arcipreste de Hita es una fusión magnífica de la literatura de la Europa cristiana con elementos de las literaturas musulmana y hebrea.

El arcipreste de Hita intercala frases en árabe vulgar y no las traduce, señal de que también eran conocidas para el público a quien dirigía el libro.


 

Poesía épica


  Los pueblos germánicos conservaban noticia de sus antepasados mediante cantos guerreros que recordaban sus hazañas. Cuando estos pueblos se asentaron definitivamente en las provincias del vencido Imperio Romano Occidental conservaron estos cantos y compusieron otros nuevos sobre los sucesos recientes. Estos cantos, que exaltaban las hazañas de los héroes, fueron el orígen de los Cantares de Gesta (gesta significa hechos,hazañas).

  Los clérigos o los hombres cultos de la Edad Media podían conocer los hechos del pasado gracias a las crónicas escritas en latín, pero la mayoría de la gente no sabía leer y su único modo de enterarse de sucesos anteriores o recientes era oyéndolos narrar de viva voz y en lengua vulgar. Esta era una de las cosas que hacían los juglares.
  Los juglares, a medida que pasaba el tiempo, introducían modificaciones en los versos, suprimían los que no gustaban a la gente y añadían otros nuevos. Estas libertades que se tomaba el juglar con los Cantares de Gesta dieron lugar a dos características de la épica medieval europea:
 - el anonimato
 - la ficción


 

Poesía lírica



    Cuando los musulmanes invadieron España, se pusieron en contacto con una cultura inferior a la suya. Sin embargo, los poetas cultos árabes llegaron a interesarse por unas cancioncillas al estilo cristiano que cantaban los mozárabes que habitaban las tierras andaluzas. Estas cancioncillas son las jarchas romances, las más antiguas muestras de la poesía lírica europea.
    Las jarchas, descubiertas en 1948, han sobrevivido gracias a los poetas cultos árabes que incorporaron algunas de ellas en unos poemas llamados moaxajas, escritos en lengua árabe, pero que conservaban en la primitiva lengua romance los dos, tres o pocos más versos que constituían la jarcha.

  En Provenza, una región francesa que se mantuvo alejada de los escenarios guerreros, con buen clima y relativo bienestar, surgió en el siglo XII una escuela de trovadores cortesanos. La poesía lírica escrita por estos trovadores tuvo gran influjo en todas las naciones europeas.
  Los trovadores son los primeros en cultivar una poesía culta en lengua romance.

  La lírica provenzal se difundión ampliamente por Europa e influyó mucho en la poesía posterior. Los peregrinos que recorrían el camino de Santiago dieron a conocer en Galicia las estrofas provenzales que influyeron notablemente en la lírica gallego-portuguesa.
  Autores castellanos, como Alfonso X el Sabio, escriben en gallego la parte lírica de su poesía por considerar la lengua gallega más apta que el castellano para este tipo de literatura.
  La lírica, gallego-portuguesa, que alcanzó rápidamente su plenitud, decayó en el siglo XV y no desarrolló nuevamente una poesía valiosa hasta el siglo XIX.


El teatro



  En las grandes solemnidades religiosas -Navidad y Pascua de Resurección, principalmente-, al final de las ceremonias litúrgicas se acostumbraba a representar, ante el altar, algunos pasajes de la vida de Cristo para conmemorar de un modo más vivo la festividad que se celebraba. Estos diálogos eran al principio en latín y los representantes ante los fieles los sacerdotes que habían celebrado el oficio divino, como una continuación del culto.
  Hacia el siglo X, los diálogos van cobrando independencia y adquieren el carácter de verdaderas representaciones teatrales que no se celebran ya en el altar mayor, sino en la nave central del templo. Paulatinamente se van introduciendo elementos profanos y comienzan a intervenir los fieles laicos, que desconocían el latín, con lo cual se va imponiendo el uso de las lenguas romances.
  Cuando los elementos profanos son claramente dominantes sobre los litúrgicos y se introducen partes cómicas y lenguaje vulgar, las representaciones se trasladan al atrio de las iglesias. Por último, la afición del público a esta clase de diversión hace que se representen con frecuencia obras totalmente profanas en las plazas públicas o en locales que se preparaban especialmente para las representaciones. Los actores no son aficionados, ni espontáneos, sino profesionales que se ganan la vida con su trabajo: ha nacido definitivamente el teatro.
  En el siglo XIII el teatro, con gran riqueza de elementos cómicos, es una sátira de los tipos y costumbres de la época.
  Hacia el siglo XV comienzan a representarse cuentos escenificados y se inicia también la comedia de costumbres.


 

El cuento


A partir del siglo IV los escritores cristianos utilizaban con frecuencia ejemplos para ilustrar sus explicaciones, poniéndolas así al alcance de las gentes sencillas.
  El cuento de esta época tiene casi siempre intención didáctica.
  Los apólogos de origen oriental, se conocieron en la Edad Media a través de traducciones persas que fueron vertidas al árabe y del árabe al castellano. Estos apólogos orientales sirvieron de base a numerosas colecciones de cuentos medievales.


La novela


La cultura cortesana dio lugar a un nuevo género literario, la novela caballeresca. Esta clase de novela, surgidas en el siglo XII, se prolonga con éxito hasta el siglo XVI y termina con el "Don Quijote" de Cervantes, que cierra cuatro siglos de novela caballeresca y, al mismo tiempo, inaugura la novela moderna.
Si los cantares de Gesta son anónimos, el autor de la novela de caballerías deja constancia de que la obra es suya y la dedica a una dama de rango o a un gran señor.


 

La historia


   La historia de pasado sólo interesaban a los clérigos y a los hombres cultos de la Edad Media. Por esta razón se escribía en lengua latina.
  La prosa romance apareción mucho más tarde que la poesía. Se escribía en lengua vulgar sólo cuando era necesario dirigirse a un público amplio y desconocedor del latín.
   Los historiadores medievales no comprobaban demasiado la exactitud de las noticias que les llegaban.
   En la Baja Edad Media fueron frecuentes las historias particulares, es decir, las crónicas de los hechos importantes ocurridos durante un reinado.

   En España, el contacto con la cultura árabe influyó decisivamente para que se empezara a escribir en prosa vulgar sobre Historia, Derecho, Astronomía...Alfonso X el Sabio, asesorado por sus colaboradores hebreos, se dio cuenta de la conveniencia de una sola lengua común a  todos, hablada y escrita, tal como hacían los árabes.



 

Autores y Obras


 

"Poema del Mio Cid" es la obra más antigua escrita en castellano.


No se conoce le nombre del autor, se cree que es obra de dos autores, uno de San Esteban de Gormaz, que hizo una versión más antigua, y otro de Medinaceli, que refundió el poema y le añadió algunas partes menos ajustadas a la realidad histórica.
Está escrito con un estilo directo, sobrio y expresivo. A pesar de su sencillez, el lenguaje utilizado es poético y muy expresivo.
Exalta, a través de su héroe, las virtudes más enraizadas en el pueblo castellano y ése es sus principal valor como poema nacional: la fidelidad, el amor familiar, la lealtad al rey, la sobriedad en las costumbres.


 

Gonzalo de Berceo, el primer poeta castellano cuyo nombre se conoce


Fue un clérigo que vivió en el monasteri de San Millán de la Cogolla, en Rioja, durante el siglo XIII.
El estilo de Gonzalo de Berceo es sencillo, sin adornos que dificultarían la comprensión de sus obras, escritas con la intención de enseñar al pueblo.
Escribió obras dedicadas a la Virgen cómo "Milagros de Nuestra Señora" y Vidas de Santos cómo "El martirio de San Lorenzo".

 

Juan Ruiz, Arcipreste de Hita


Es el autor del "Libro de Buen Amor", una de las obras más importantes escritas en castellano.
Es un poema muy extenso, casi ocho mil versos, de contenido muy heterogéneo.
Juan Ruiz nació en Alcalá, fue Arcipreste de Hita y probablemente estuvo encarcelado durante varios años en Toledo.


Períodos

Desde el punto de vista literario, la Edad Media se suele dividir en dos periodos:
  • Literatura medieval. Abarca desde el siglo X, época en la que surgen las primeras manisfestaciones lierarias en romance, hasta finales del siglo XIV.
  • Literatura prerrenacentista. Comprende el siglo XV. Este siglo supone el afianzamiento de la burguesía y se produce un cambio de mentalidad en la sociedad y también en la literatura.



Características 



La literatura medieval tiene una serie de rasgos que la definen y distinguen:



  • Carácter anónimo: El autor no firma su obra porque sabe que esta pertenece a una colectividad. No busca diferenciarse de los demás.


  • Obra oral: Era difundida oralmente por los juglares, ya que la gente no sabía leer.Esto explica que sean pocas las obras que se han conservado.


  • Obra en verso: En la Edad Media se consideraba que el verso era lo que hacía literaria a una obra.


  • Imitación: Los autores recogían una tradición popular o un texto latino y los recreaban. Es decir, las obras no eran originales ni se consideraba importante que lo fueran.
  • Didactismo: Las obras, en su mayoría, tenían una función didáctica: transmitían valores cristianos y ofrecían modelos de comportamiento.


El Conde Lucanor - Juan Manuel

Don Juan Manuel (1282-1348), noble directamente emparentado con las familias que durante varios siglos ocuparon el trono de Castilla, es un caso anómalo en la literatura medieval española en la que abundan las obras anónimas. Sin embargo, entre su vida pública, de la que se conserva numerosa documentación, y la imagen que de sí mismo ofrecen sus páginas hay sorprendentes contrastes. Sus ocho obras conservadas, en las que predomina la intención de adoctrinar a los jóvenes vástagos de la nobleza, lo convierten en el prosista más importante del siglo XIV. En El conde Lucanor, su obra más conocida, alcanzan culminación y síntesis las tradiciones cuentísticas del mundo oriental y de los predicadores cristianos. La popularidad obtenida por los exempla incluidos en la primera parte no debe, sin embargo, oscurecer la habilidad con que Don Juan Manuel organiza el conjunto y combina distintos recursos retóricos. La pareja formada por el conde Lucanor y su ayo Patronio traspasa con sorprendente modernidad los borrosos límites que separan la realidad de la fición y entra por derecho propio a formar parte de los personajes famosos de la literatura universal.






El Cantar del Mío Cid - Autor Desconocido

El Cid Campeador, Rodrigo Díaz de Vivar abandona Castilla, porque es desterrado por el rey Alfonso VI. Se despide de su mujer e hijas, de las que se ve obligado a separarse. Al fin se va, seguido de unos cuantos hombres, decidido a conquistar tierras a los moros para entregárselas a su señor y conseguir así que le admitiera de nuevo en su reino. Sale de Vivar y pasa por Burgos, donde su sobrino Martín Antolinez consigue un préstamo de los judíos Raquel y Vidas, con la entrega de dos arcas en las que creen que el Cid guarda sus tesoros, pero que sólo contiene arena. Sobrevive a muchas batallas que le permiten ir obteniendo riquezas, territorios, gloria, fama y honor a la vez que la posibilidad de ir ofreciendo presentes al rey.
El Cid conquista Valencia, se la ofrece al rey y le pide que su mujer y sus hijas puedan reunirse de nuevo con él. El rey accede a su petición y le perdona, pero, además le propone la boda de sus hijas con los infantes de Carrión, miembros de la nobleza que las han pedido en matrimonio. El Cid no está muy seguro de si será ésta una buena opción para sus queridas hijas, pero no se atreve a desobedecer órdenes y acepta. Tienen lugar los preparativos de las bodas, que se celebran y festejan a lo grande.
Los infantes de Carrión, ahora yernos del Cid, resultan ser hombres cobardes que no se enfrentan a nada :no luchan, se ocultan de un león escapado... Esto supone la burla de todos. Para vengarse, deciden irse y llevarse todas sus riquezas. Pero piden permiso para trasladarse con sus esposas hasta Carrión. Todo esto para maltratarlas y abandonarlas a la mitad del camino, en el robledal de Corpes, deshonrando así al que en buena hora nació. Sin embargo, su primo se da cuenta y acude a ayudarlas. El Cid informa de todo lo ocurrido al rey y le hace responsable de establecer justicia. Se convocan unas cortes en Toledo, los infantes de Carrión se ven obligados a ir y devolver todo al Cid, además de pelear con sus guerreros en un duelo. Ganan los del Cid, vuelven a Valencia con alegría y con un honor recuperado y Doña Elvira y Doña Sol se casan con los infantes de Navarra y de Aragón, miembros de la realeza.



El destierro del Cid (fragmento)


Mio Çid movió de Bivar pora Burgos adeliñado,
assí dexa sus palaçios yermos e desheredados.

De los sos ojos tan fuertemientre llorando, 
tornava la cabeça i estávalos catando. 
Vio puertas abiertas e uços sin cañados, 
alcándaras vázias sin pielles e sin mantos 

e sin falcones e sin adtores mudados. 
Sospiró mio Çid, ca mucho avie grandes cuidados. 
Fabló mio Çid bien e tan mesurado: 
"grado a tí, señor padre, que estás en alto!
"esto me an buelto mis enemigos malos".

Allí pienssan de aguijar, allí sueltan las riendas. 
A la exida de Bivar ovieron la corneja diestra, 
e entrando a Burgos oviéronla siniestra. 
Meçió mio Çid los ombros y engrameó la tiesta: 
"Albriçia, Álbar Fáñez, ca echados somos de tierra! 
"Mas a grand ondra tornaremos a Castiella". 

Mio Çid Roy Díaz por Burgos entróve, 
En sue compaña sessaenta pendones; 
exien lo veer mugieres e varones, 
burgeses e burgesas por las finiestras sone, 
plorando de los ojos, tanto avien el dolore. 
De las sus bocas todos dizían una razóne: 

"Dios, qué buen vassallo, si oviesse buen señore!" 

Conbidar le ien de grado, mas ninguno non osava: 
el rey don Alfonsso tanto avie la grand saña. 
Antes de la noche en Burgos dél entró su carta, 
con grand recabdo e fuertemientre seellada 

que a mio Çid Roy Díaz, que nadi nol diessen posada, 
e aquel que gela diesse sopiesse vera palabra 
que perdiere los averes e más los ojos de la cara, 
e aun demás los cuerpos e las almas. 
Grande duelo avien las yentes cristianas; 

ascóndense de mio Çid, cal non osan dezir nada. 
El Campeador adeliñó a su posada; 
así commo llegó a la puorta, fallóla bien çerrada, 
por miedo del rey Alfons, que assí lo pararan: 
que si no la quebrantás, que no gela abriessen por nada. 

Los de mio Çid a altas voces llaman, 
los de dentro non les quieren tornar palabra. 
Aguijó mio Çid, a la puerta se llegava, 
sacó el pie del estribera, una ferídal dava; 
non se abre la puerta, ca bien era çerrada. 

Una niña de nuef años a ojo se parava: 
"Ya Campeador, en buena çinxiestes espada! 
"El rey lo ha vedado, anoch dél entró su carta, 
"con grant recabdo e fuertemientre seellada. 
"Non vos osariemos abrir nin coger por nada; 

"si non, perderiemos los averes e las casas, 
"e aun demás los ojos de las caras. 
"Çid, en el nuestro mal vos non ganades nada; 
"mas el Criador vos vala con todas sus vertudes santas." 
Esto la niña dixo e tornós pora su casa. 

Ya lo vede el Çid que del rey non avie graçia. 
Partiós dela puerta, por Burgos aguijava, 
llegó a Santa María, luego descavalga; 
fincó los inojos, de coraçón rogava. 
La oraçión fecha, luego cavalgava; 

salió por la puerta e Arlançón passava. 
Cabo Burgos essa villa en la glera posava, 
fincava la tienda e luego descavalgava. 
Mio Çid Roy Díaz, el que en buena çinxo espada, 
posó en la glera quando nol coge nadi en casa; 

derredor dél una buena conpaña. 
Assí posó mio Çid commo si fosse en montaña. 
Vedada l′ an conpra dentro en Burgos la casa 
de todas cosas quantas son de vianda; 
nol osarien vender al menos dinarada. 




Fuentes

  • http://html.rincondelvago.com/cantar-del-mio-cid_17.html
  • http://www.lecturalia.com/libro/33601/el-conde-lucanor
  • https://sites.google.com/site/literatura3eso/home/caracteristicas-de-la-literatura-medieval
  • http://historiadelaliteratura1.blogspot.com/p/literatura-medieval.html
  • http://www.palabravirtual.com/index.php?ir=ver_voz1.php&wid=1295&p=An%C3%B3nimo&t=El%20destierro%20del%20Cid%20(fragmento%20del%20Poema%20del%20Mio%20Cid)&o=Manuel%20Dicenta

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