El Realismo

El Realismo


Introducción

El Realismo es un movimiento literario y pictórico que surgió a mediados del siglo XIX, marcando una ruptura con el Romanticismo. El término "réalisme" comenzó a usarse a partir de la exposición de cuadros de Gustave Courbet, en 1850 en París. Courbet es considerado el padre de dicho movimiento que se caracteriza por la representación exacta de la realidad. Pocos años después, el realismo se manifestó en el campo literario: en 1856 apareció la revista Réalisme, y el año siguiente se editó un volumen de ensayos de Champfleury titulado Le Réalisme, así como Madame Bovary, de Gustave Flaubert, consideraba la obra más emblemática de este movimiento.





Marco Histórico



A mediados del siglo XIX, España vivía una época bastante agitada, porque acababa de empezar su guerra contra Francia y recién habían perdido a Cuba y a las islas Filipinas.

A pesar de los momentos en que estaban pasando y la guerra que mantenía, la influencia del realismo, proveniente de Francia, caló hondo en los españoles de la época, haciendo que se uniesen a una corriente mucho más objetiva que la que iban a dejar atrás. El realismo literario español se manifestó principalmente en la novela, aunque también tuvo algunos representantes en el teatro (José Echegaray o Manuel Tamayo y Baus) y en la poesía (Ramón de Campoamor o Gaspar Núñez de Arce).


Características


Cada movimiento literario destaca por unas características muy claras que tienen que ver con la realidad de la época, con los sentimientos que se van generando en estos escritores que son tanto personajes como observadores de la realidad que se vive y que siempre engancha con el pasado movimiento literario con el que vendrá después. Las características principales son:


  • Reflejo de los valores e inquietudes de la clase burguesa como son el individualismo o el materialismo.
  • Visión objetiva de la realidad, “la novela es la imagen de la vida” diría Benito Pérez Galdós.
  • Defensa de una tesis. Las obras enfocan una realidad desde una determinada concepción moral.
  • Lenguaje coloquial y popular para situar a los personajes en su ambiente real.
  • Temas cercanos al lector de la época: infidelidades, defensa de los ideales burgueses, problemas matrimoniales, éxodo del campo a la ciudad, ambientes regionales y costumbristas, valores modernos frente a los valores tradicionales, ansia por el ascenso en la escala social, malestar de la mujer por su papel en la sociedad…
  • Abundantes descripciones.

La sociedad que amaba la corriente del romanticismo, la dejó a un lado y siguió de cerca a la estética burguesa del realismo. Algunos, conservaron su ideología y sus creaciones románticas, pero se convirtió en una nueva corriente, llamada Postromántica.

Verosimilitud. Es importante que los personajes, el argumento y el lenguaje sean creíbles, como un espejo de la realidad. Los realistas hacen hincapié en la mimesis, la imitación de la vida que el escritor logra a través de la observación minuciosa de la sociedad, la gente, su habla y sus costumbres.
Descripción detallada. No se deja nada a la imaginación. Los escritores describen las fisonomías de los personajes, sus personalidades, su debilidades, sus fortalezas, su vestidura, sus viviendas, su lenguaje, sus almas, etc.
Preferencia por un narrador omnisciente. Para describir a los personajes y sucesos con tanto detalle, el narrador no puede ser otro que omnisciente (que está enterado de todo, hasta de los pensamientos de los personajes). Compromiso social. Algunos escritores incorporan al argumento ciertas posturas, sean políticas o religiosas. Por ende, prefirieron las novelas de tesis. Sin embargo, por tanto enfatizar estas posturas, en algunas de estas obras los personajes aparecen como estereotipos maniqueístas.
Estilo directo y natural. Los escritores realistas dejan atrás la grandilocuencia de los románticos. Buscan la naturalidad de la expresión y hasta emplean coloquialismos en el diálogo de los personajes.

Autores y Obras Importantes


En la literatura española hemos tenido la suerte de contar con grandes escritores dentro de este movimiento literario, autores que aún siguen siendo relevantes a día de hoy y que sus libros son estudiados en las escuelas y degustado por aquellos que disfrutan de la riqueza de un buen libro.
Los escritores, dejaron de centrarse en sí mismos y en sus ensoñaciones, para centrarse en lo que tenían delante de ellos y se pusieron a describir cada detalle de la sociedad que pasaba por delante de ellos. Ya no sólo describían los paisajes, sino las actitudes, de manera clara y concisa. Dieron lugar a otro tipo de novelas, las novelas burguesa.
En la literatura española hemos tenido la suerte de contar con grandes escritores dentro de este movimiento literario, autores que aún siguen siendo relevantes a día de hoy y que sus libros son estudiados en las escuelas y degustado por aquellos que disfrutan de la riqueza de un buen libro.

  • Juan Valera
Un autor que no terminaba de encajar en el romanticismo ni en el Realismo, porque era algo exagerado y extremista en sus novelas, ya que tenía mucha imaginación y ninguna de sus ideas, acababa bien encajada, pero más tarde, empleando su tierra natal, Andalucía, creó novelas con personajes que encajaban con la ideología realista.

  • José María Perada
Amante del mundo, porque viajaba al extranjero con mucha frecuencia y diputado. Más tarde se dedicó a escribir y encontró un equilibrio en donde cogía a personajes cercanos de sus altas tierras, les ponía el acento y trataba de representarlos al más puro estilo realista, pero con toque estéticos como el amor en la naturaleza y la ignorancia de los deberes políticos.

  • Pedro Antonio Alarcón
Comenzó como escritor de viajes, pero escribía novelas al más puro estilo realista, en donde se le notaban las relaciones religiosas con las que solía tratar, defendiendo a los jesuitas. No terminó de gustar mucho su novela de connotaciones religiosas, pero sí el Sombrero de tres picos, que inspiró un ballet.


Algunas  Obras Realistas:

La Fontana de Oro (1870), Galdós
El audaz (1871), Galdós
Pepita Jiménez (1874), Valera
Doña Perfecta (1876), Galdós
De tal palo, tal astilla (1880), Pereda
La Regenta (1884-85), Clarín
Fortunata y Jacinta (1886-87), Galdós
Su único hijo (1890), Clarín

Arte Realista

En las décadas centrales del S. XIX, el Romanticismo y su idealización de la historia, de la sociedad y sobre todo de la naturaleza, cuyo tratamiento era un motivo de evasión, deja paso a una corriente que se interesa por la realidad.

  • Jean François Millet (1841-1875), hijo de campesinos pobres, fue uno de los máximos representantes de la Escuela de Barbizón. Se distinguió como paisajista, pero en sus paisajes no olvida nunca a los campesinos, humildes, cabizbajos, pesimistas y redimidos por el trabajo. Es el mejor intérprete de la vida campesina y del hambre y la miseria que éste trae consigo. Contempló de cerca la situación en la que vivía, pero no la denunció en sus pinturas, sino que la representó tal y como era, plasmó la realidad. Sus obras más características son Los Gavilladores, El Ángelus, Los canteros, La costurera, La colada y Las espigadoras.



  • Honoré Daumier (1808-1879) se muestra crítico y satírico. Se fija en la sociedad y en determinados grupos sociales, poniéndose al lado de los desfavorecidos. Algunos de sus temas evocan el mundo de la marginación como Los presos y Los mendigos. En El vagón de tercera clase reivindica la dura vida de las clases populares en las grandes ciudades. La ternura que despiertan los personajes en el espectador contrasta con la sofisticación industrial del tren.

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Fuentes

  • http://espaciolibros.com/realismo-literario-espana/
  • http://literatura.about.com/od/romanticismoyrealismo/p/Realismo-Literario-Del-Siglo-XIX.htm
  • http://www.arteespana.com/pinturarealista.htm


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